sábado, 18 de febrero de 2012

Ella, la niña

A veces, cuando me aburro, aflora algo así como un personaje que no puedo controlar. Supongo que tiene que ver con mis instantes de attention whore, es un personaje que tiene que hablar, no soporta los silencios y no tiene nada mejor que decir estupideces.
Le digo "la niña", pero es más divertido decir "ella, la niña". Es terrible. Es como una especie de vómito verbal que no puedo controlar, o bueno, sí puedo pero es como si no pudiera parar. Es como un horror al vacío pero en las conversaciones, por lo cual prefiero llenarlas con estupideces hasta que alguien me dice "M., por favor, si no tienes algo interesante que decir, cállate." Sí, me ha pasado. Es como si saliera de mí y pudiera verme diciendo tonterías, yo sé que no soy así, que sí puedo hablar de cosas relevantes y que lo que digo no tiene importancia, quedo como una estúpida y sé que no soy así, realmente es como un personaje pero ¿lo saben los que me escuchan?
Lo he notado en dos ocasiones en particular: la primera en la palestra y la segunda con a special someone (eso debe ser lo peor).

Caso 1: Locación: Pale Unalm. Día: Cualquier día de entrenamiento de verano.
-Quiero comprar una Inca Kola pero no tienen en la tienda. ¿Puedes creerlo? Dicen que hay huelga de distribuidores. Quiero una Inca Kola, ¿cómo puede ser que no tengan? Inca Kola, quiero una.
-¿No puedes tomar otra cosa?
-No, quiero una Inca Kola. Podría ir hasta el grifo. Ya recorrí todas las tiendas de la universidad y no tienen ninguna. ¡No tienen Inca Kola helada! ¿Qué se supone que haga?
-Pero fíjate en el Centro de Idiomas, quizás tengan ahí.
-Caminar hasta el Centro de Idiomas, está lejos, quizás no tienen. ¿Y si no tienen? Aparte qué pasa si no está fría. Quiero una Inca Kola pero no quiero caminar hasta allá. Quiero una Inca Kola. Pero...
-M., si no tienes nada importante que decir, cállate.
Bitchslap bien merecido.
Estaba conciente de que decía puras estupideces, me quejaba de algo sin ofrecer una solución y no hacía nada al respecto.

Caso 2: Con la persona especial.
Este consiste más en quejarme de todo, todo, ponerme flaca loca y reclamar cosas que realmente no me molestan. A mí, seriamente, me molestan muy pocas cosas. Soy bastante comprensiva, pero eso no impide que fastidie a mi persona especial por cualquier tontería. Pobresita persona especial, gracias por quererme. No lo hago todo el tiempo pero cuando estoy aburrida sí trato de generar algo de drama. Drama queen. Y me entretiene un rato hasta que vuelvo en mí y pienso "Realmente estoy diciendo estupideces, ahorita me abandonan por ser así." Y alguna vez mi other half reaccionó con un "Ala, no sabía que eras así, realmente me hace pensar si te conozco."
Ese es el peor bitchslap de todos. Luego le doy toda la explicación de "Ella, la niña" y el vómito verbal y espero que me entienda un poco más.

Feo personaje la verdad. De antemano, me disculpo con todos los que puedan llegar a conocerlo. Es realmente la flaca loca en mí. Y bueno, existe. Lo bueno es ser conciente de que lo hago para poder dejar de hacerlo.
Y un video para cerrar esto :)


Yo no poleo.

jueves, 9 de febrero de 2012

Flashback #1

Recuerdo que en 2005 hubo un concurso de murales en secundaria. Mi grado tuvo que presentar algo de la Sierra (¿o de Perú?), no recuerdo específicamente qué pero teníamos comida, hicimos un río de mentira, un faro (creo que no fue para lo mismo...), en fin, muchas cosas.

Para la presentación oficial en el patio de secundaria nos disfrazamos y bailamos, expusimos, etc. Quizás a mí se me ocurrió que sería bueno presentar, como parte de los deportes extremos, a un amigo bajando desde el segundo piso del pabellón como haciendo rapel. Más o menos unos 3 o 4 metros de altura. La idea era sencilla: pasar una cuerda alrededor de una viga y que descienda poco a poco como si supiera escalar. Y poner una colchoneta abajo suyo porsiacaso. Nada que arneses ni cuerda dinámica ni mosquetones. Una cuerda normal de lo que sea que sean las cuerdas de ferretería, sus manos y un casco.
Al final el chico no quiso hacerlo.

Hoy, 7 años después, me di cuenta de que casi lo matamos. 
Detalles que no notas cuando eres más pequeño.