miércoles, 18 de febrero de 2015

Problemas con el consumo

Tengo grandes problemas con el consumo de muchos productos, y voy a desbaratarlos ahora.

Crecí pensando que las drogas estaban mal gracias a las fuertes campañas del gobierno, mis padres, la iglesia y el colegio. El acuerdo era ese: las drogas te arruinaban la vida y ya. Conforme fui creciendo me vi en situaciones en las que incluso rompí lazos con personas importantes porque no podía tolerar en lo absoluto el consumo de ciertas drogas, y eso me llevo a preguntarme ¿qué es lo que hace tan inflexible esta postura? Particularmente, con respecto a la cocaína.

Principalmente me molestaba que era usada para no sentirse borracho o "que te pare", y eso me parecía no querer hacerte responsable de tus actos. O sea, si quieres estar parado, toma menos, no te metas drogas. Pero, me di cuenta de que esa no era una razón válida, porque al final cada uno hace lo que quiere si no le hace daño a los demás. Lo que en realidad me jodía y jode aún hoy es lo egoísta que es consumirla. Y no en el sentido "tu mamá se va a poner triste si se entera de que la consumes, piensa en tu familia" sino por el hecho de que el proceso de producción y distribución es uno marcado fuertemente por sangre y destrucción.

La cocaína se produce ilegalmente dentro de Perú, que ya se ha convertido en el mayor productor a nivel mundial, y para obtener este producto se usan cantidades descomunales de químicos altamente tóxicos, es un proceso extremadamente ineficiente, y por el hecho de darse ilegalmente no existe un tratamiento adecuado de residuos. Además, por ser de elaboración clandestina, los laboratorios se encuentran en lugares definitivamente no aptos para la producción de este tipo de sustancias, véase en la selva -llevando a la deforestación, pérdida de bosques primarios y cambio de uso de suelos sin evaluación previa ni plan de recuperación- cerca de ríos donde se arrojan los desechos -lo que lleva a la contaminación de la fuente de agua principal de muchos animales, plantas y personas, poniendo en riesgo su supervivencia. Y esto principalmente en el tema ambiental.

En el aspecto social la producción de cocaína y su posterior tráfico llevan a grandes actos de violencia por parte de los narcotraficantes que no dudan en matar a civiles y militares, alianzas entre narcotraficantes y terroristas, desplazamiento forzoso de nativos, trata de personas y pésimas condiciones laborales llegando a la esclavitud.

¿Y todo para qué? Para que un montón de chicos con dinero que nunca van a tener que sufrir las consecuencias directas de la producción puedan jalar unas líneas para sentirse parados y poder seguir toneando en paz.

No pues, es extremadamente egoísta consumir algo tan dañino para el mundo solo porque tienes el dinero para pagarlo, cuando nunca vas a poder pagar el precio real de lo que aspiras.

Obviamente la situación podría mejorar si se legalizara, podría regularizarse y volver más eficiente la producción, recaudar impuestos, mejorar la situación del país con ese dinero. Pero la legalización no va a pasar porque ¡kha horror, como vamos a aceptar algo tan malo, seria como decir que está bien!

Perú pls.

-Nah mentira, también porque la cantidad de dinero que se mueve en ese mercado es inmensa y obvio muchísimas empresas formales y políticos se benefician con él por lo bajo.

De todos modos legalizar no garantiza que la producción será buena para el planeta porque casi todo lo que consumimos tiene un impacto negativo -obvio menos significativo que el caso anterior que es bastante preocupante y extremo.

Tengo problemas similares con los cigarros, aunque ahora ya no con que la gente los consume porque cae en hipocresía de mi parte.

El tabaco es un monocultivo en limpio que también lleva a la degradación de los suelos y el cambio de uso de los mismos, muchísimas veces sin incluir dentro del precio final la recuperación de la tierra sino simplemente el costo del terreno o la producción de la cosecha en particular. Y después tienes que tomar en cuenta los árboles talados para hacer las cajas, el agua consumida para que estos crezcan, la cantidad de carbono que ya va a ser liberado a la atmósfera por su tala, por el transporte utilizado para movilizar el producto listo, entre otros; es decir, por lo que conlleva la producción en si. Pero, como digo, no es justo que me la agarre con los cigarros cuando estoy dispuesta a tomar una Coca Cola sabiendo que producir un litro cuesta 35L de agua. O comer atún sabiendo la cantidad de tortugas marinas, tiburones y delfines que mueren ahogados en las redes como daño colateral de la pesca. Y eso sin profundizar en el impacto sobre las personas que participan en la producción bajo condiciones laborales deplorables o se ven afectadas indirectamente.

Ser un consumidor responsable es extremadamente pesado. Estamos acostumbrados a  que si tenemos el dinero suficiente para pagar el precio en la etiqueta, merecemos consumir sin mayor preocupación. Y si no tienes el dinero, piña, algo debes haber hecho mal. Estamos completamente insensibilizados a la realidad de los demás, y peligrosamente despreocupados sobre el efecto que tiene nuestro consumo sobre la capacidad de recuperación del planeta y las especies. Total, YOLO.

¿Qué implica ser un consumidor responsable? Sacrificio. Sacrificio de la comodidad. De tiempo. Prefiero tomar una gaseosa y tirar la botella en el tacho que ir a un tacho de reciclaje, aunque quede a dos cuadras de mi casa. Prefiero ir a un tacho de reciclaje que tomar en una botella retornable porque qué flojera y qué incómodo tener que devolverla.

Estamos acostumbrados a lo inmediato.

Solo miren la cantidad de plástico que llevan a casa con cada compra. ¿Necesitas una bolsa más? No, la verdad no. Pero ya me la dieron en la caja y me olvide de traer mi bolsa de tela y cada cosa que compre viene en su propia bolsa o en un pedazo de tecnopor (¡microplástico!) forrado en plástico autoadhesivo y todo esto va a ser utilizado por mí tres minutos y va a flotar mas de 500 años en el mar o va a terminar dentro de la barriga de una ballena. Pero tú -y yo- no vamos a ver la isla de plástico gigante que flota en el Pacífico Norte ni nos vamos a morir de inanición con el estómago lleno de plástico. YOLO.

Hay demasiados aspectos del consumo en los que estamos realmente jodidos:
1. Porque estamos adormecidos y acostumbrados a tener todo al alcance de la mano, sino, qué flojera.
2. Porque estamos dispuestos a sacrificar la calidad de vida de los demás para mantener la nuestra, qué chch voy a pagar extra para asegurarme de que el agricultor tenga una paga justa o de que neutralizo el carbono consumido para producir lo que compro
3. Porque nunca nos vamos a enterar de esto si no nos sentamos a investigar, casi nadie te va a decir cuánto cuestan realmente las cosas. Y si te lo dicen, te van a dar un costo máximo social, porque nunca se toma en cuenta a la Tierra dentro de la economía a pesar de que toda producción esta íntimamente ligada a la misma y la sostenibilidad depende de la naturaleza y el trato que le damos. Siempre se habla como si los recursos fueran inacabables y sostenibles independientemente de la explotación y no se toma el costo ecosistémico de las cosas.
4. Porque estamos criados para consumir ciegamente. Porque se crean traumas alrededor del consumo: tienes que verte más bonita, estar más flaca, tener el último celular, etc., y nuestro valor y felicidad están ligados a lo que tenemos y cómo nos vemos, y se vuelve tan importante para la identidad que se pierde la capacidad de analizar si este consumo es correcto porque se ve como necesario e indispensable.
5. Porque la sociedad fue construida en forma de jerarquía y creemos que si estas en un nivel más bajo probablemente te lo mereces por ser flojo sin analizar que esto es consecuencia de años y años de conquista, opresión y explotación

Hoy estaba pensando en que es realmente una cagada que mi perro tenga mejor estilo de vida que una gran parte de los niños del Perú. Nunca se va a enfermar sin recibir el tratamiento adecuado, nunca va a pasar frío, siempre va a tener la mejor comida posible. Y todo bien con adoptar un animal y cuidarlo. Pero, ¿qué dice de nosotros que las mascotas vivan mejor que las personas? Y, ¿por dónde se cambia esta realidad? Y no me refiero a disminuir la calidad de vida de las mascotas, sino mejorar la vida de las personas.

Y también estaba pensando en que es una cagada que yo, como futura ingeniera ambiental y supuestamente persona preocupada por el planeta, sigo siendo una consumidora irresponsable. Sí, reciclo, a veces. Monto bici para transportarme, uso transporte público, comparto mis taxis. Pero sigo siendo una consumidora extremadamente irresponsable. No me encargo de manejar bien mis residuos, muchas veces no reduzco el uso de plástico todo lo posible porque olvido las bolsas de tela, no creo conciencia ambiental siempre ni doy el mejor ejemplo.

Y no, no es exigirme demasiado.

El punto de esto es que la próxima vez tratemos de ser un poco menos egoístas al momento de consumir, y pensemos realmente en lo que cuesta vivir de la manera en la que lo hacemos y busquemos cómo mejorar, aunque sea un poco, porque de hecho es difícil cambiar costumbres tan arraigadas. Así que algunos consejos:

1. Desconecten las cosas que no usen y apaguen las luces cuando salen de los cuartos. La producción de energía también es un problema grande a nivel mundial y tiene un fuerte impacto no solo sobre la atmósfera sino también sobre los pobladores que se ven desplazados para construir hidroeléctricas -que ni siquiera se van a ver beneficiados por estos proyectos- y los ecosistemas que se pierden porque deben ser inundados para poder satisfacer nuestra demanda, que es excesiva porque muchas veces se debe a desperdicios por flojera.
2. Reduzcan el consumo de todo. Racionalicen mejor el consumo de agua al momento de bañarse o lavar, cierren el caño para enjabonar. Y prioricen en los empaques. Por ejemplo, usen bolsas de tela reusables en vez de papel; papel en vez de vidrio; vidrio en vez de plástico.
3. Reciclen, hay tachos de reciclaje en todos los supermercados, bastantes grifos, varias municipalidades ofrecen programas de segregación en el origen (o sea separa la basura en tu casa para que puedan reciclar más fácilmente), así como tachos de segregación en parques, oficinas, etc. Plus: ¡el reciclaje ayuda a diversas asociaciones! Así que puedes hacer bien no solo a la Tierra sino también a personas. Ou yeah.
4. Usa menos carro particular, más transporte público (aunque en Lima es infernal) o bicicleta. Lo bueno de Lima en bicicleta es que la ciudad es bastante centralizada y las distancias no son tan grandes, ni cuenta con pendientes tan pronunciadas. Lo malo es que la gente maneja salvajemente y la cantidad de ciclovías que existen es casi nula por lo cual es muy importante usar casco, luces delanteras y traseras, implorarle a los dioses que te protejan y exigirle a los alcaldes que cambien esta situación.
5. Reduce el consumo de carne porque el impacto de esta sobre el ambiente es realmente preocupante en cuanto a huella hídrica y uso de tierras, espero profundizar sobre seguridad alimentaria en otro momento.
6. Consume local: respeta las vedas, aprovecha los productos de temporada, y también aplica esto para la ropa porque ahorras los gastos de transporte e impulsas la industria local.
7. Trata de motivar a más personas a ser consumidores más responsables (dudo que sea posible consumir completamente responsable en una sociedad capitalista -quizás la única manera sea alejarse de todo-) y trata de mantener estas ideas en mente a la hora de consumir.

La idea es salir un poco de nosotros mismos, con la inmediatez de todo es difícil mantenerlo en mente, pero no imposible, y realmente es necesario. Trata de analizar el recorrido de cada cosa que consumes y analiza tu impacto sobre el mundo, por lo menos en un día. No puedo expresar suficientemente lo importante que es mejorar nuestro consumo y lo crítica que es la situación actual. Así que por favor, por favor, traten de tener estos consejos en mente y averiguar más por su cuenta. Cambiar el estilo de vida es pesado, pero no es imposible, y es nuestro deber con el mundo ser siempre mejores con él.