Summer

Entonces conoces a alguien y dejas que te tome la mano y salga contigo y te abrace sólo porque sabes que eso lo va a hacer sentir feliz, pero tú no sientes nada. Sin embargo, te mueres de ganas de sentirlo y sólo por eso le sigues el juego.
Mal, mal, mal.
Summer.

Y si te dice para ir al cine, vas.
Si quiere salir contigo, salen.
Si trata de acercarse, lo dejas.
Pero tú tienes el control.
Y odias eso,

Summer.

Quieres una persona que te sorprenda,

que sea inesperada,

que sea como tú.
Mientras tanto, eres esa persona para el pobre Tom.
Summer.

Mientras tanto, te gusta ver cómo se maravilla con cada aspecto de ti.
Lo dejas subirse a una nube y pensar que estarán juntos siempre.
Cuando tú sabes que no es así y que parará cuando lo decidas.
Tú no mirarás atrás y él sí, pero es mejor así,

parar a tiempo.

Antes de causar más daño.
Eso haces, Summer.

Quieres sentirlo,

le llega a todos de verdad,

menos a ti.
Por eso lo dejas seguir,

quizás así lo sientas tú también,

Summer.

Pero no, nunca mientras tengas todo el control,

tiene que ser alguien cautivante,

alguien a quien no puedas resistir,

alguien que venga y vaya, impredecible,

como tú.

Hasta entonces, deja de pensarlo,

deja de fingirlo,

deja de hacer daño.
No quieres hacerlo, pero pasa.

Déjalo fluir.
Trata de no pensar tanto y acepta que la vida vendrá a su propio ritmo.

Deja ir al pobre Tom, déjalo seguir adelante.
No necesitas más de su admiración para sentirte bien,

amada,

alguién vendrá por ti y te cautivará.

Sé paciente, Summer.

A todos les pasa, a todos les llega,

hasta a ti.

Sé paciente, Summer.