viernes, 29 de agosto de 2014

Viejos Amigos

Anoche fui a ver Viejos Amigos con una nueva amiga y tengo un par de cosas que decir al respecto. 

Para dar un poco de contexto, tengo que decir que la película trata sobre tres ancianos que deciden robar las cenizas de su mejor amigo para disponer de ellas como ellos asumen que él habría querido, esto debido a que consideran que su esposa era una pésima persona y la odian, y no desean que éste se quede para siempre en un estante adornando la casa. Entonces, la aventura consiste en seguir a estos señores recorriendo el Callao tratando de escaparse de la esposa y disponer de los restos ya mencionados. 

Ahora, esto puede generar un problema porque es obvio que estos tres señores se consideran con más autoridad sobre el amigo que la esposa misma, que finalmente es la que pasó su vida con el difunto; pero digamos que es de hecho posible que él haya querido que sus cenizas sean repartidas, después de todo, no sería la primera vez que se ignoran los deseos del fallecido, cosa que solemos dejar pasar porque finalmente los funerales (y la disposición final del cuerpo) son para los vivos, no para los muertos. Entonces ok, digamos que es válido haber robado los restos e ir en contra de la esposa, mientras estemos preservando los deseos del difunto.

La película es bastante chistosa en sí, hay un montón de situaciones divertidas que puedes sacar de tres viejitos fugitivos recorriendo los lugares donde pasaron su vida, todo bien con eso. El problema surgió con un chiste que mi compañera y yo no pudimos dejar pasar. Vale recalcar que hasta ese momento cualquier intento de comedia había sido situacional, por lo tanto este "chiste" no solo fue de mal gusto, sino que se sintió completamente fuera de lugar. 


Va más o menos así:

Están dos de los personajes principales esperando algo cuando observan por un segundo a Miguelito, el joven homosexual del barrio -que por cierto era un homosexual de libro, pero se los perdono porque todos los personajes secundarios también eran unidimensionales y clichés debido a que solo eran medios para llegar a un fin-, y un señor le dice al otro:


-¿No le dolerá usar ropa tan ajustada?
Y el otro responde:
-Les gusta que les duela.

*Risas colectivas de toda la sala*
*Intercambio de miradas de horror entre mi compañera y yo*

Ahora, podrán decir, "M., ¿no estás exagerando? Después de todo, ¡es divertido burlarse de los homosexuales!" Y yo les diré no, no es divertido, y les explicaré el problema:


Al decir esto, asumes que a los homosexuales les gusta el dolor, y a todas las personas que usan ropa pegada también, por lo que extiendes esta presunción hacia las mujeres. Entonces, a estos dos colectivos les gusta el maltrato, por lo tanto, por extensión son estúpidos, y esto te da risa porque ¿a quién le gusta que lo violenten? ¡qué tales imbéciles! y si tú los maltratas, les va a gustar, así que no deberías sentirte mal por maltratarlos porque están sintiendo placer. ¡Ja! ¡Les haces un favor! ¡Les gusta el maltrato!

Y no, simplemente no, estás perpetuando una cultura de violencia.


No digo que no existe gente que disfrute el dolor, pero con consenso, amigos, consenso. Y es extremadamente peligroso hacer chistes como el anterior porque tienes la aprobación de toda una sala de cine y probablemente todas las demás salas que hayan llenado, que están entendiendo que está bien ser violento contra estos colectivos. Y no lo está. Pero tú pensarás "¿Y? M., plis, no es como que van a ir a pegarle a un homosexual o a una mujer saliendo del cine, por favor, la gente sabe que no es correcto" y te diré que tienes razón, pero con ideas así en la cabeza es mucho más fácil tomar una postura pacífica -léase no hacer nada- ante los reales actos de injusticia. Y el que no reacciona ante las injusticias está siendo cómplice del victimario porque colabora con que estas se perpetúen.

Yo me pregunto, ¿tan difícil es hacer buena comedia? ¿Cuál era la necesidad de caer en ese hueco? 

Entiendo que debe ser difícil escribir un buen guión, pero ¡Cristo del Pacífico!, ya estamos en el siglo XXI, hay maneras más inteligentes de hacer reír a las personas, no existe excusa para perpetuar esta cultura del golpe. Y sí, la película no decía expresamente "anda a pegarle a un homosexual", y obviamente existen peores mensajes en los medios, pero esto no quita que con ideas aparentemente inofensivas como estas alimentamos al monstruo de la discriminación y la injusticia. No pues señores, no pues.

Debo admitir que hasta ese momento me estuve riendo bastante, y después de eso me costó volver a la diversión porque ya estuve más atenta y crítica ante los chistes que siguieron, pero -hasta donde pude notar- ese fue el único problemático. 

Solo esa escenita me decepcionó muchísimo, tanto que sentí la necesidad imperante de compartirlo aquí, y recordarles a ustedes que como consumidores de cine/tv/radio, what have you, deben prestar atención ante estas situaciones y tener siempre una mente crítica, aún entre risas, porque deben estar conscientes del mensaje que están recibiendo, cómo lo van a aplicar en su vida diaria y de ser posible, cómo puede afectar a el resto.

Dentro de todo, fue una película entretenida, la recomiendo si quieren reírse un rato y apoyar al cine nacional, pero están advertidos, espero que puedan pasar ese traguito amargo si deciden ir, yo no pude del todo.